En los cuatro relatos de Piel quebrada, relatos de aliento largo, hay alguien que narra desde el presente un episodio de su vida pasado, y una enfermedad o un rasgo en la piel de alguno de sus protagonistas, y un combate, a veces explícito, a veces latente, entre el deseo y la realidad, entre lo que se desea hacer con nuestra vida y lo que la vida nos acaba haciendo. Con "frase larga y pausada, con un cuidado particular por las palabras y en busca de lo que se esconde", según señaló el jurado del Premio Fundación Monteleón, Cesar Romero es fiel a la visión de la literatura de Faulkner, quien en una de sus últimas novelas dice que escribir es como encender una cerilla en la oscuridad de la noche: apenas ilumina, pero permite ver la oscuridad que esconde la condición humana, sus recovecos y zonas de penumbra.