¿Por qué son tan lindos los caballos? entrelaza dos mundos: el de Sari, con sus fotos, garabatos y diarios, que ahora habita un lenguaje que se va deshilachando, y el de su hija Julieta, que escribe mientras desconfía de las palabras. Es un mosaico armado de pedazos que ensambla la necesidad de perderse y encontrarse tras la pérdida. Un libro que respira un sentimiento de amor profundo y mantiene viva la huella mediante la persistente voluntad de nombrarla. A medida que la mente de su madre se desordena, Julieta busca entenderla, atesorarla, hallarla en libros de otros y en recuerdos de toda una vida. Entre caballos, consultas médicas, cuentos, escenas mínimas y días larguísimos, Julieta Correa nos regala este libro donde la memoria, la ternura y la escritura se abrazan, aun cuando todo parece deshacerse.