La consideración de los principios tributarios ha ido ganando en importancia por el deseo de avanzar en la realización de una justicia fiscal y por la necesidad de mantener algunas ideas básicas, permanentes e imperativas para todos (también para los poderes públicos) en unos tiempos de intensa producción de normas impositivas, parece cada vez más necesario que los ciudadanos dispongan de grandes síntesis que sean, a la vez, una explicación del fenómeno fiscal, una guía y un asidero en una renovación continua de procedimientos, obligaciones y responsabilidades. La importancia de tales principios ha ido a más debido a dos razones actuales: la utilización de los tributos al servicio de políticas concretas (por ejemplo, la política económica, que incide sobre las situaciones de competencia de los agentes económicos), y la intensificación de los distintos poderes tributarios. Esta última es la que interesa. La creación de un poder tributario regional (atribuido en nuestro Estado de Comunidades Autónomas) y la potencialización del poder municipal en relación con los sujetos pasivos de la imposición, determinan la necesidad de avanzar en la delimitación, el conocimiento y la aplicación de los principios a un área concreta de la imposición como es la fiscalidad municipal.