Los poemas de este libro configuran un mundo de contrastes, anunciados ya en el título de la obra y expresados en el poema que se lo presta. La grisura característica de ese cielo, por ejemplo, la ?luz enferma?, esconde ?siempre un destello/como lanza de luz/contra lo oscuro?. En distintas ocasiones, por mencionar otra aparente paradoja, se habla del lodo que acumulan los canales, pero también ?allí dentro, tus ojos/ desnudos me sonríen?. Entre los plásticos, el asfalto, el cableado... hay irrupciones de la belleza (qué sugerente en este sentido, por citar solo un caso, el poema ?Ahora?), y hay heridas abiertas, y rosas enterradas, o sobreviven los ?verdes puros?. Y si son llamativos esos claroscuros, no lo son menos las figuras humanas que pueblan la obra y a través de las cuales nos sentimos interpelados.