«La literatura de viajes de Benito Pérez Galdós representa las sensaciones del viajero y las ideas sobre lo visto, mezclado con sus percepciones individuales, en una prosa de carácter impresionista. El viaje, hecho cada vez en medios de locomoción más veloces, exigía una innovadora forma de expresar el paso de las imágenes, del paisaje visto a través de una ventanilla, del tren o del automóvil. »Los textos recogidos en este volumen merecen ser leídos para complementar sus novelas y para entender los gustos y observaciones personales de este hombre tan enigmático y reservado, un gran observador de la vida. No son relatos de turista sino de auténtico viajero, del hombre paciente que sabe encontrar matices y diferencias y quiere conocer las costumbres de los sitios visitados. Sus apreciaciones sobre las culturas extranjeras y sobre lo foráneo incluidas en sus obras de creación afianzaron en España el gusto por el arte contemporáneo extranjero e impulsaron el valor del arte y de la artesanía patria. »Sus viajes por España y al extranjero fueron muy numerosos, llevándole por Inglaterra, Francia e Italia, Dinamarca, Holanda, Portugal, Suiza y Alemania, con amigos como Pereda o Alcalá Galiano, o con la condesa Pardo Bazán. »La literatura de viajes de Galdós no ha sido tratada con el cuidado que se merece, y este libro sale con la intención de rescatar textos importantes. Los viajes aquí contados vienen a constatar que, a diferencia de la fama que le atribuye la ignorancia, fue un escritor cosmopolita». (Germán Gullón)
Ficha técnica
Editorial: Evohe
ISBN: 9788415415305
Idioma: Castellano
Número de páginas: 248
Tiempo de lectura:
5h 52m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 21/10/2014
Año de edición: 2012
Plaza de edición: España
Alto: 20.0 cm
Ancho: 14.0 cm
Peso: 323.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Benito Pérez Galdós
Las Palmas, (1843-1920). Benito Pérez Galdós, novelista y dramaturgo, ha sido considerado uno de los escritores españoles más representativos del siglo XIX. Su estancia en Madrid, donde estudió Derecho, le permitió comenzar a realizar colaboraciones en revistas y frecuentar los ambientes literarios de la época. Sus obras, de un nítido realismo, fueron un reflejo de su preocupación por los problemas políticos y sociales del momento. Gran observador, su genial intuición le permitió plasmar fielmente las atmósferas de los ambientes y los retratos de lugares y de personajes.