Podemos enriquecer nuestras clases de YOGA con muchos elementos, algunos de la vida cotidiana, otros más especializados, los cuales colaboran en facilitar la tarea, a darle más soltura, a menguar su sello adusto. Una bella flor nos presta su silueta armoniosa y su colorido para elaborar una meditacion; un simple ladrillo suaviza una postura dificil de alcanzar... iCuanto podemos obtener de un trozo de madera! Un palo de escoba, uno de amasar... una caña, daran alegria y reposo a nuestros pies, corregiran la curvatura vencida de una columna. Los fisiobalones tienen, intrinsecamente, connotaciones ludicas. Un abuelo que puede imitar a su nieto -¿por que siempre tiene que ser a la inversa?; ese primer susto al sentir el movedizo sosten; esa invitacion a la risa, a la emulacion, a la competicion, despiertan al niño que a veces duerme muy escondido en nuestro interior. Pero sobre todo, tienen una utilidad terapeutica. Somos capaces de mayores logros, sostenidos y contenidos por esta esfera... la esfera, lo redondo, esta anclado en el subconsciente desde los albores de nuestra genesis. Nos sentimos comodos, nos animamos a mas. Que facil resulta una postura invertida, teniendo un apoyo fehaciente. Podemos ampliar o limitar el alcance de un estiramiento, el arco de la columna, la amplitud del torax. Es mi intencion, con el presente trabajo, poner al alcance de profesores y practicantes, estos aliados incondicionales y coloridos. Resulta imposible agotar el tema, pues nuestra propia imaginacion dictara variantes insospechadas y personales. ¡Que cada sesion de Yoga sea una fiesta!
A través de este libro -dedicado al Yoga para adultos mayores- aprendemos a querer a nuestro cuerpo, a respetarlo tal como es, considerando ese compañero con el cual hemos transitado tantos años –a v