Tratado psicoanalítico de la locura podríamos subtitular este libro de Alicia Hartmann. Libro esperado y necesario por las tremendas controversias que provoca en psicoanálisis -y sus vecindades "psi"- el termino locura. Hartmann retoma esas controversias, recorre los laberintos que las formulaciones paradojales sobre la locura se plantearon y obtiene de eso un plus que despeja el camino hacia la formulacion de la locura ubicada, sin ambages, del lado de la neurosis desde lo fenomenico, lo estructural y lo nodal. Relaciona a la locura con la transferencia neurotica y plantea con agudeza la direccion de la cura en la locura. En torno al sintagma lacaniano "no se vuelve loco el que quiere" la autora traza, con letra firme y munifica, la ruta a seguir en la obra lacaniana para distinguir locura de psicosis, arribar a su diagnostico y trazar la direccion de la cura. Despegando locura de psicosis, ubicandola como patologia de borde ligada a la vacilacion fantasmatica neurotica y a las afecciones narcisistas no psicoticas, su abordaje deja de ser un entresijo. Para sostener sus desarrollos Hartmann recobra medularmente el concepto de lo imaginario desde todas sus formulaciones posibles, atraviesa los desarrollos del Lacan de la primera epoca (estadio del espejo) y el de la ultima (el sinthome), lo que le permite proponer que, la eficacia del analisis en la locura, es "inventar un nuevo imaginario". Mas aun, da cuenta de que trata ese nuevo imaginario y las tretas de la transferencia para lidiar con el... desde lo simbolico y desde lo real. Para esta ingente tarea la autora se ha prodigado presentando un caso de su propia clinica lo cual, sabemos, no es un gesto frecuente entre los psicoanalistas. Alli muestra y demuestra de que trata el "nuevo imaginario" que da consistencia al nudo borromeo y como puede abordarlo el psicoanalista en su practica clinica. Tal construccion resulta imprescindible en la clinica de la locura. Por todos estos "bocados" teorico-clinicos entendemos que los interesados en neurosis y locura precisan leer este libro que confirma que, efectivamente, la autora "no remo en la arena". El saldo es notorio.- Marta Gerez Ambertin
Toda práctica supone una producción. La práctica del psicoanálisis con los niños produce un niño; la clínica analítica con los niños produce, con sus operaciones de intervención, un "objeto", el niño, que no estaba antes de intervenir. ¿Se abre entonces una nueva problematica teorica? Digamos esto de otra manera: ¿de que cuestion analitica el niño es la metafora no analitica en la doctrina analitica? Tal vez de una posicion del sujeto que no queda subsumida en la estructura, neurosis de transferencia, que opera como marco transferencial. Una relacion transferencial por fuera de la neurosis de transferencia aparece como el soporte de lo excluido, de lo imposible a ese campo y permite, señalando los puntos de fragilidad conceptual, hacer avanzar la teoria analitica. Es esto lo que se lee en la serie de textos que conforman este libro, tanto en los trabajos de Alicia Hartmann como en los de los otros analistas; es la respuesta de cada uno, ya que no hay enunciacion colectiva, a lo que se estructura como transferencia cuando se trata de la sexualidad infantil y no solo de las respuestas a las intervenciones analiticas (juego-dibujo) en la transferencia.
Es común el comentario de que sobre la adolescencia se ha escrito poco, a diferencia de los que ha ocurrido con la clínica psicoanalítica de la infancia. Algunas veces se ha unificado el problema proponiendo una clinica de la infancia y de la adolescencia ¿Podemos sostener hoy esta unificacion, o es necesario singularizar la practica con jovenes? La adolescencia es un periodo de la subjetividad marcado por retazos. Como señala la metamorfosis freudiana, lejos de quedarse en la imagen especular, el adolescente va en busca de las reminiscencias plasmadas en ficciones del relato, y concreta la puesta en acto de las fantasias que se jugaron en la infancia. Estos retazos nos daran una ocasion para emprender un viaje que apunta a la adolescencia como periodo de la subjetividad que merece un lugar logico en la estructura.