El presente libro muestra en qué medida los planteamientos filosóficos modernos prolongan las discusiones doctrinales y teológicas de la Edad Media tardía, en la que hunden sus raíces y de la que son deudores. Al mismo tiempo, pone de manifiesto que la presunta liberacion del sujeto a que aspiraria la modernidad se opera en funcion de la concepcion teologizante de un poder absoluto, lo que exige en contrapartida una sumision igualmente absoluta y desemboca en una teoria de la alienacion politica. La clave de esta estructura del pensamiento que cabe llamar moderna estriba en una concepcion univoca del ser y del lenguaje en virtud de la cual toda realidad se ve sometida a una jerarquizacion absoluta, frente a la concepcion analogica propuesta por el aristotelismo que sostiene un regimen de reciprocidad causal donde ser y lenguaje son indisociables.
La obra de André de Muralt constata que corrientes filosóficas tan heterogéneas como puedan serlo, por ejemplo, el materialismo marxista o el existencialismo sartreano comparten, sin embargo, un mismo modo de pensar, una cierta estructura de pensamiento c