Una tarde acogedora, la flora y la fauna del bosque por donde transitan senderos que llevan a las cimas se reunieron para tratar sobre el concepto de poesía. Habló un olmo centenario advirtiendo de que su impresionante sombra se entendia como un cobijo poetico a cuantos quisieran acercarse a ella. Un riachuelo hizo alusion a que su agradable sonido era pura poesia para quien se acercara a escuchar. El viento susurro que el bosque en si mismo era poesia y que por ese motivo venia a descansar de torbellinos y vendavales. Los pajaros manifestaron que ellos contribuian, con sus cantos, a hacer que cualquiera pudiera sentir la poesia simplemente cerrando los ojos. Todos los asistentes coincidieron en que lo dicho hasta ahora era rigurosamente cierto y que todo en su conjunto era pura vida poetica, incluidas las personas que, de camino a la cima, cruzaban por los senderos al igual que el tiempo para dejar su huella. La poesia es esto. Lo que se puede ver y oir con cierta sensibilidad en todo momento durante todas las vidas de cada uno. Ese conjunto de cosas desde el despertar de nuestros dias.
Estos relatos cortos reflejan la diversidad y la complejidad de la naturaleza humana. Permiten mantener los nervios templados y libres junto a las emociones y los sentimientos que jalonan la existencia. Con un estilo agil y una prosa cuidada, para ofrecer una mirada lucida y profunda sobre temas como el amor, la soledad, la esperanza, el miedo, el sufrimiento, la admiracion o la felicidad.