Reúne el autor en esta obra, enriquecida con numerosas ilustraciones, una serie de simpáticas anécdotas y afilados comentarios recogidos a lo largo de su dilatada carrera como crítico taurino.
En la segunda corrida de feria celebrada en Sevilla, pocos años antesde la retirada de Guerrita, se jugó una corrida de Miura, grandey con respeto. El cuarto, que correspondía matar al referido matador,fue un toro dificil entre los dificiles, pero tan importante faenadesarrollo que fue objeto de una de las mas delirantes ovacionesque escucho durante su vida torera. Al entregar estoque y muleta almozo de espada, dijo, dirigiendosea algunos de sus amigos: Sabeisustedes que el que teniendoel dinero que tenga se entrega aun ladron como ese, merecia quele ajorcaran. El picador de otracuadrilla, que se encontraba en elcallejon, exclamo dirigiendose alos espectadores: Pues hay quedar gracias a Dios de que ese pregonaole haya tocado a Guerrita,porque si le toca a mi mataor nonos vestimos de torero in seculasecularon.