Estatuas derribadas, trabajadores despedidos, libros proscritos, iglesias vandalizadas, espectáculos suspendidos, conferencias canceladas, asesinatos civiles, personajes demonizados y, sobre todo, una historia leida desde una optica de izquierda radical son la base en la que se sustenta la ideologia woke. Esta corriente nacida en los campus universitarios de EE.UU. hace unas decadas bajo una aparente rebelion contra la opresion, el odio, el racismo o la discriminacion, es en realidad una version pujante de la correccion politica que se esta imponiendo con fuerza en toda la sociedad occidental.De este modo, si criticas la discriminacion positiva de la mujer, eres un machista. Si no crees que los grupos LGTBI tengan que recibir privilegios o ayudas especiales, eres un homofobo. Si defiendes a los empresarios, eres un explotador. Si pides que la inmigracion sea ordenada, eres un xenofobo. Y asi con todo. A traves del lenguaje, se pretende generar una nueva realidad y todo aquel que discrepa de este nuevo paradigma se enfrenta a esas descalificaciones y a autenticas campañas de desprestigio que aspiran al asesinato civil del disidente, a la destruccion de la reputacion de toda persona que no comparta los postulados politicamente correctos. Toda opinion alejada de la retorica dominante queda desautorizada automaticamente como una expresion fascista. De ese modo, la izquierda se ahorra la necesidad de debatir y se asegura la imposicion de su agenda ideologica, alimentandose de un clima de miedo y censura.Este clima se enmarca en un cambio general de la politica progresista que, desde un enfoque marxista de clase, guiado por grandes relatos unificadores y universales, ha virado hacia otro mas identitario, cultural y segregado. Su nucleo ahora es la politica de la identidad, la movilizacion politica basada en caracteristicas como la raza, el genero y la orientacion sexual, en vez de en las distinciones clasicas del partido, la ideologia o la infraestructura economica. El marxismo -en su forma de marxismo cultural- ha tenido un efecto decisivo en la nueva cultura de izquierdas, especialmente en las universidades. No es posible entender los estudios culturales contemporaneos sin la influencia del marxismo que sostiene que la apelacion a la razon es un pretexto para la supremacia capitalista o que la justicia no puede ser nunca neutral, sino que es siempre un reflejo de las estructuras de poder.A diferencia del movimiento por los derechos civiles de los negros de los años 60 que buscaba la correccion de la conciencia y la cultura americanas con espiritu constructivo, los militantes woke quieren desmantelar la civilizacion occidental, en la que ven la fuente de un sistema opresivo. Para lograrlo, creen que esta justificado cancelar, boicotear o avergonzar a quienes disienten de los miembros de unos grupos a los que se brinda una proteccion especial. La generalizacion de esas practicas antiliberales ha dado lugar al nacimiento de la cultura de la cancelacion.Contra el eterno retorno de la ideologia que hoy adopta la forma de la cultura de la cancelacion (cancel culture), los unicos antidotos siguen siendo el Estado de derecho y la defensa de las libertades, y los ideales de la democracia liberal la unica instancia verdaderamente revolucionaria que vale la pena perseguir, sin arrodillarse.
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