La situación actual de España, respecto a la inmigración, pasa por un momento muy crítico. De país de emigrantes, se ha convertido, en cuestión de dos décadas, en un país receptor de inmigrantes. Y sin el correspondiente esfuerzo en desarrollar sus infraestructuras sociales, para hacer frente a una realidad que viene determinada por ciclos de fuerte crecimiento economico, una consolidada economia sumergida, un envejecimiento de la poblacion, la caida de la natalidad y una salvaje desregulacion del mercado laboral.La inmigracion es un fenomeno que esta modificando nuestra sociedad configurando un cambio demografico muy rapido y profundo. Asi, en España, entre 1991 a 2007, la poblacion inmigrante ha pasado de 350 mil a 4,3 millones de inmigrantes, representando el 9,9% de la poblacion total de nuestro pais.La invasion de las pateras, representan una cifra casi insignificante respecto a las entradas por otras vias. Pero han servido de caldo de cultivo para intensificar las medidas represivas y apremiantes demandas para endurecer, aun mas, la normativa sobre entradas y expulsiones. Especialmente a la inmigracion del Africa subsahariana, pero tambien de America latina, argumentando que nuestro mercado laboral, y nuestra capacidad de acogida estan sobresaturadas. Incluso se llego a decir, que estas avalanchas masivas de inmigrantes podrian poner en peligro los recursos para atender las necesidades de nuestra poblacion, y que hundirian España. Estas aseveraciones (falsas y contraproducentes) consiguen atemorizar a la ciudadania, y quedan al descubierto cuando, paralelamente, se abren las puertas a la mano de obra de los diez paises de la ampliacion, inclusive de los dos que se incorporaran a la UE en enero del 2007, Bulgaria y Rumania (eso si con una moratoria de 2 años).Por todo lo expuesto anteriormente, el tema de la integracion a nive
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