Villanueva de Gállego es, desde hace novecientos años, un enclave que aglutinó en su día un conjunto de lugares dispersos por el norte de la huerta zaragozana. A pesar de estar bajo la influencia directa de esta ciudad, siempre se consideró una villa. Tuvo los privilegios de las villas por razón de su fundación a principios del siglo XII. En la tradición histórica de los villanovenses pervive que el origen de su pueblo es un azud ubicado a orillas del río Gállego. Las vicisitudes históricas lo convirtieron en barrio de Zaragoza durante siete siglos, pero finalmente recuperó su originalidad, gracias a la legislación de las Cortes de Cádiz. Durante otros cien años luchó por su derecho a ser una entidad independiente, y hoy día, próximos a celebrar su bicentenario como municipio, se presenta como una de las localidades con mayor proyección dentro de la comunidad aragonesa.