El techno nació a mediados de los ochenta en los suburbios de la ciudad industrial de Detroit, el centro de la producción de automóviles de todo Estados Unidos, pero su verdadera patria espiritual siempre ha sido Berlin: en ningun otro lugar del planeta se ha asimilado con tanta intensidad este sonido futurista, maquinal y ocasionalmente violento como parte del tejido urbano y la cultura popular de las sucesivas generaciones de jovenes. Desde el momento en el que cayo el Muro que dividia los sectores este y oeste de Berlin, la musica electronica de baile se impuso como banda sonora de la reunificacion alemana y como vehiculo de expresion de un afan de libertad desesperado tras decadas de represion.