Francesco Ongaro. Nació en Brescia en 1966 y vive en Franciacorta. Licenciado en Física y profesor de profesión, ha publicado diversos volúmenes: Il grande vuoto, 1999, Oppurelibri; Imparerò a volare come i gabbiani, 2001, Demetra; Clown bombe e girasoli (en colaboración con Luisa Dell’Acqua), 2001, Edizioni la Meridiana; Della stirpe di Caino, 2004, EiF; Apologia di un sfottuto millennio (en colaboración con Luisa Dell’Acqua), 2005, NSP.
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Dinamarca, siglo XVI. La intuición de un astrónomo danés que aspira a medir las estrellas y la dedicación de su fiel juglar son el corazón de esta apasionante novela basada en personajes reales. Al mismo tiempo, el extraordinario retrato del siglo de la revolucion copernicana sera el pretexto para mostrar un cambio de epoca: el hombre deja de ser el centro del universo para perderse en la nada infinita del cosmos. El rey de Dinamarca, Federico II, le ofrece al astronomo Tycho Brahe la isla de Hven para que pueda seguir con sus investigaciones sin verse obligado a abandonar el pais. En la isla, el estudioso entrara en contacto con Jep, un joven deforme y sin expectativas, pero en el que Tycho percibe una extraordinaria inteligencia, hasta el punto de llegar a acogerlo en su propia casa y convertirlo en uno de sus discipulos. A partir de este momento y a traves de toda una serie de aventuras y sucesos, sus vidas transcurriran paralelas en el centro de Uraniborg, donde el astronomo consigue reunir un patrimonio de observaciones celestes sin igual, hasta que la muerte de Federico II pone fin a los sueños de gloria de Tycho. El astronomo se vera obligado a vagar por el norte de Europa en busca de un nuevo protector. En Bohemia conoce a Kepler, pero poco despues muere misteriosamente. De este modo, Kepler tendra la oportunidad de acceder a las investigaciones de Tycho, gracias a las cuales concretara su concepcion de la astronomia moderna. Un libro insolito; un autor que dara que hablar. Diario Il Cittadino
«Ráfagas de viento gélido me fustigan, pero yo no las siento. Son más bien un acicate. Estoy satisfecho. Sería capaz de navegar hasta las profundidades del infierno.»Veneciano e hijo de navegantes, S