Esta posibilidad de intervención ante un desarrollo concreto de acontecimientos es lo que se denomina flexibilidad operativa. En ocasiones, esta flexibilidad operativa se puede concretar en la existencia de opciones reales implícitas en el proyecto sobre el que tenemos que tomar una decisión. Es decir, poseer una opción sobre un activo real que confiere a su propietario el derecho, y no la obligación, de llevar a cabo una acción determinada en el futuro.