Para un mortal nunca es bueno cruzarse en el camino de un dios.Acteón fue convertido en ciervo por haber ofendido a Ártemis; Aracne lo fue en araña por haber osado superar a Atenea en el arte de tejer. Los mitos griegos, sus relatos y representaciones estan plagados de historias terribles y fascinantes en las que tiene lugar la metamorfosis: la transfiguracion de un dios que se desliza bajo la envoltura de un mortal o se exhibe con los rasgos propios de un animal, o la transformacion brutal del hombre o la mujer, condenados a un estado animal o vegetal o convertidos sin mas en piedra...Recorrer estos relatos y estas imagenes es antes que nada sumergirse en el imaginario griego, dejarse arrastrar por el placer de la escucha y la mirada, rescatar la capacidad de evocacion de las ensoñaciones de los antiguos.
Sexo, misterio y religión. Tres cuestiones entrelazadas, tres miradas para desenredarlas. Como punto de partida, la llamada Villa de los Misterios en Pompeya y su famoso fresco. Haciendo tabla rasa de las interpretaciones pasadas y de las lecturas para especialistas, Paul Veyne aborda una investigacion minuciosa que situa estas pinturas en un mundo femenino ideal, impregnado de poesia dionisiaca y que desemboca en una fenomenologia del sentimiento religioso entre los hombres de la Antiguedad. Como contrapunto a este analisis, François Lissarrague nos introduce en la imagineria del gineceo, mientras que Françoise Frontisi-Ducroux se aventura, a continuacion, en el ambito de la erotica griega, para interesarse por las modalidades de la mirada en los momentos mas intimos.
En el ojo del espejo es un libro a dos voces: una de ellas cuenta la progresiva reconquista, por parte de Ulises, de su identidad y su condición de rey de Ítaca. La segunda voz se refiere al espejo. Objeto paradojico, sirve como operador simbolico para pensar la relacion entre los sexos en la antigua Grecia y como objeto de una disciplina autonoma, la catoptrica, rama de la optica dedicada al estudio de la reflexion.