Abi es un joven con una severa amnesia que le impide recordar su pasado. Sus recuerdos empiezan en una vetusta cabaña situada en el poblado de Tamia, lugar donde vive desde no hace mucho tiempo. Allí ha conseguido hacer buenos amigos y se gana la vida ayudando a los comerciantes. La muerte del Gran Hechicero, Anshar Blain, y la debacle del clan del Viento Negro tras la guerra supuso un cambio radical en los reinos de Gestiana y Astor. Desde entonces la oscuridad parece haber sucumbido y la libertad ha abierto un horizonte lleno de nuevas oportunidades. Sin embargo, algo maligno comienza a resurgir en la montaña de Agbur, antigua sede del citado clan, que junto a una serie de misteriosos acontecimientos despertaran miedos que algunos creian haber dejado en el pasado. Mientras tanto, Abi sentira como algo extraño se esconde en su interior, una circunstancia que hara desconfiar a los tamianos y que provocara que los entes oscuros comiencen a fijarse en el
Después de una traumática ruptura amorosa, Kim Corner viaja al africà sub-sahariana huyendo del teatro del marasmo. En Uagadugu conoce a Helio González, un hombre hecho a la dureza de aquella tierra,
Sin un programa establecido, sin avión y sinmapas, pero siempre hacia el oeste, con estas premisas partió J.M. Romero a dar la vuelta almundo. Con un cuaderno de viajes por compañía. Le quedaban por delante las travesias del oceano Atlantico y del Pacifico en cargueros, un velero en Indonesia, el desierto australiano y la Siberia invernal. Iba al encuentro de enmarañadas megalopolis como Lima yMoscu, y de las placenteras Vientiane en Laos, Iquitos en Peru o Nelson en Nueva Zelanda. Le esperaban la enfermedad, la estafa, el asalto, pero tambien los cielos estrellados en el oceano, las puestas de sol en islas paradisiacas y la exuberancia de las selvas. Conoceria al compañero, al hospitalario, al presidente, al traficante, al ladron y al paria. Todo, sin estar previsto, segun dispusiese dia a dia un camino siempre nuevo, todavia por estrenar.
Les Cròniques orientals de Josep Maria Romero són les instantànies del viatger que voldríem ser. Píndoles d’una saviesa desvestida de vanitat, provinents d𠆚quella mirada de llarg recor