La originalidad de Salinas, que supo evitar cuidadosamente, dentro de un género que a ello se prestaba, el conformismo y la adulación servil de los poetas cortesanos, resguardando la independencia, aun en poesia, no es uno de los aspectos menos atractivos de su personalidad y de su obra. Se puede afirmar que, pese a la mutacion que se observa en su vida como en sus versos, entre Segovia y Sevilla, el doctor Juan de Salinas permanece siendo, en toda su obra a lo humano, con la notable continuidad que es cifra de su arte, uno de los maestros mas indiscutibles del donaire en la poesia de los Siglos de Oro españoles. (De la Introduccion de Henry Bonneville)
Al finalizar la guerra en Europa, un convoy de submarinos alemanes zarpó de Noruega con el consentimiento del almirantazgo británico. Esta operación secreta, concebida para que Hitler (cuyo cadáver nunca fue encontrado) y sus allegados huyeran, degenero en una fuga sangrienta que tuvo como saldo cinco buques hundidos y mas de 400 muertos. En el trayecto hacia la Argentina, uno de los submarinos hundio a una corbeta en aguas norteamericanas. Otra de las naves fugitivas se topo con el crucero brasileño Bahia y lo hundio, dejando 336 muertos y constituyendose en la mayor tragedia naval de Brasil. Contra toda evidencia, ambos hundimientos fueron declarados accidentes. Uno de los submarinos se entrego al llegar a las costas de Mar del Plata. Sin embargo, al menos otras dos naves continuaron hacia el sur y desembarcaron. Un mes mas tarde, se entrego otro submarino. Aunque era evidente que habia hundido al crucero brasileño y habia sido averiado por sus perseguidores, la Armada argentina lo encubrio en complicidad con los almirantazgos de Gran Bretaña y Estados Unidos. A su turno, Londres y Washington rotularon los interrogatorios a los marinos apresados como Top Secret por 75 años. El hundimiento del Bahia sigue siendo considerado una torpeza de sus tripulantes, y Estados Unidos sigue sin reconocer que los cuatro radio-operadores que perecieron en la tragedia fueron los ultimos norteamericanos muertos por los nazis. ¿Que motivos inconfesables hay para un encubrimiento tan extendido en el espacio y el tiempo? Juan Salinas y Carlos De Napoli arrojan un potente halo de luz sobre la ultima operacion secreta del Tercer Reich y ponen en evidencia -a traves de documentacion inedita- los motivos por los que la razon de Estado continua disfrazando centenares de asesinatos como meros accidentes.
Al finalizar la segunda guerra mundial, un convoy de submarinos alemanes zarpó de Noruega bajo el consentimiento tácito del almirantazgo británico. Esta operación secreta, concebida para que Hitler y sus allegados huyeran, degenero en una fuga sangrienta que tuvo como saldo cinco buques hundidos y mas de 400 muertos.