Si no le veo ni le siento, ¿cómo sé que existe Dios? ¿Por qué no creo en Dios y otros sí? Y si creo en Él, ¿por qué tengo que convencer a quien no tiene fe? Con estas páginas el autor no pretende convencer a quien no cree. Trata de señalar al no creyente que es razonable creer.Si no le veo ni le siento, ¿cómo sé que existe Dios? ¿Por qué no creo en Dios y otros sí? Y si creo en Él, ¿por qué tengo que convencer a quien no tiene fe? Con estas páginas el autor no pretende convencer a quien no cree. Trata de señalar al no creyente que es razonable creer.
El cristianismo es un ideal muy alto y esto puede producir el desánimo, al comprobar que se está muy lejos de alcanzarlo. Estas páginas no pretenden desanimar a nadie, sino ilusionar porque lo muestran tal cual es y porque los grandes ideales son más atractivos que lo mediocre.