Un comandante de caballería, Jacinto Canales, acaba de asesinar a su esposa, Amparo Bringas, sin saber muy bien por qué. Desde la ventana del hospital donde está ingresado ve el sepelio de su víctima y recapitula sobre su relacion con ella. Un militar y una popular actriz de teatro en la España de principios de siglo XX chocan como dos trenes en la via, tras un primer idilio apasionado. Cada uno de ellos representa la cara y la cruz de la moneda en una España aun embrutecida: el orden establecido y la tradicion secular castrense frente a la libertad y a las costumbres mas relajadas del mundo artistico. Un debate de plena actualidad aun casi un siglo despues en la sociedad española por la aspiracion de la igualdad de la mujer ante el trabajo y por la libertad para decidir su propia vida. Inspirada en un hecho real, es en el fondo, una historia de amor y desamor, no exenta de pasajes de violencia y ternura emparentados con la condicion humana y que sirven de excusa para describir, como en un fresco, los ambientes artisticos de dos ciudades como Madrid y Almeria.
La Guerra entró como cuchillo en manteca una tarde de julio del 36. Era sábado y el dócil veraneo en la playa de La Garrucha quedó truncado de golpe por las noticias que llegaban por la radio desde el norte de Africa. A partir de entonces, nada volvio a ser igual. Nunca lo ha vuelto a ser. Comenzaban unos tiempos revueltos, tiempos de horror y miseria, de miedo, pero tambien tiempos de esperanza en un mundo mejor. Este libro resume una historia jamas contada, solo barruntada, con imagenes ineditas de sus protagonistas, en un pueblo de 3.500 habitantes, que vivio dias dramaticos que comenzaron con violencia y terminaron con represion: una historia trufada de dolor, de exilios forzosos, de destierros, de escarnios publicos y de ejecuciones al amanecer. Cada pagina de este libro, como en las cajas chinas, contiene a su vez otra historia, todo ello bajo el cañamazo de la vida de unos hombres y mujeres que en la mayoria de los casos se fueron a la tumba muchos años despues sin volver a hablar mas de aquellos lugubres momentos. En los casi tres años que duro el conflicto belico en las trincheras y la tension en la retaguardia, hubo espacio para el rencor, la venganza, la ira, pero tambien para actitudes heroicas, solidarias y para recolectar pura bondad de dentro de los corazones de muchos garrucheros. Lean este libro con equidistancia, sin apasionamientos, con empatia, y recuerden que cada hombre, cada ser humano, es hijo de su tiempo.