Eón es el título de una novela de ciencia-ficción de Greg Bear, la última que el padre del protagonista de este libro compró antes de morir, hace ya veinte años. No tuvo tiempo ni de empezar a leerla. Desde entonces, su hijo observa en la estantería ese libro que jamás se ha atrevido a abrir, por superstición o cobardía. Su padre, al fin y al cabo, fue el que le transmitió, entre otras virtudes, la afición por la lectura.
Muy pocas islas del Mediterráneo pueden disputar a Ibiza una popularidad que, durante las últimas décadas ha recorrido el mundo entero.Bohemios, artistas y representantes del glamour internacional han poblado una isla paradisíaca que, en muchos aspectos, permanece básicamente invariable, como el carácter de sus gentes y su arquitectura popular.A la isla suele llegarse por la ciudad de Ibiza o por Sant Antoni de Portmany, centros turísticos de una extraordinaria vitalidad que cuentan con una abrumadora oferta de ocio. Pero a poco que nos alejemos de estos centros, la tranquilidad de sus calas, la belleza de su paisaje y la amabilidad de sus gentes, domina la estancia del visitante.Como si habitaran en vías paralelas que sólo en ocasiones se cruzan en la calle, en el mercado, en el café o en la playa, dos sociedades muy distintas viven en Ibiza.De una parte, los naturales: típicos mediterráneos, hospitalarios a la vez que comedidos en sus tratos; a veces locuaces, a veces reservados; siempre pacientes, tal vez porque conocen, tras siglos de ajetreada historia, la inconstancia de los invasores que arribaron a la isla en el pasado, y porque intuyen la fugacidad de su dominio. De otra parte, una creciente multitud de forasteros llegados como si fueran peregrinos a un evocado paraíso de trabajo, libertad y tolerancia.Unos encuentran en Ibiza tanto un poco de paz, como emociones intensas con que satisfacer los deseos más vitales. Otros vienen en busca de trabajo permanente o de temporada.Una sociedad en la que conviven artistas, emigrantes, viajeros, en la que el llamativo desnudo comparte espacio con la madona que se atavía con las tradicionales faldas negras que llegan hasta los pies calzados con espardenyes de esparto, cubierta la cabeza con un pañuelo negro y con un viejo sombrero de paja.
S'han produït diverses morts i desaparicions sospitoses a la reserva natural de les Muntanyes Daurades, un territori ignot de la petita República de Gorno Altai que abans pertanyia a l'antiga
S'han produt diverses morts i desaparicions sospitoses a la reserva natural de les Muntanyes Daurades, un territori ignot de la petita República de Gorno Altai que abans pertanyia a l'antiga Unió Sovietica. Diverses llegendes circulen al voltant d'aixo i en les tavernes es parla entre murmuris dels terrorifics Alma, els homes de la muntanya. Per desmentir rumors i investigar les causes dels esdeveniments ocorreguts, s'organitza una peculiar expedicio en que conflueixen un vetera alpinista irlandes, el seu cuiner i un suposat turista italia, amb la directora i el cap dels guardes de la reserva. Cap d'ells imagina el que va a descobrir ...
Antiguas y violentas sacudidas orogénicas y sucesivas transgresiones marinas relativamente recientes (en términos geológicos) han configurado la estructura y la forma de las Baleares. El conjunto insular hoy está dividido en dos grupos que presentan, pese a su identidad esencial, caracteres naturalísticos diferenciados: al norte, las Gimnesias (Mallorca y Menorca, y su corte de islotes: Cabrera y Dragonera, en la costa mallorquina, y En Colom en la menorquina, por sólo citar los más significativos) y, derivadas al suroeste, las Pitusas (Eivissa y Formentera, con Es Vedra, Sa Conillera, Tagomago, etc.) Entre islas pobladas por el hombre e islotes sólo habitados por aves marinas, matojos y lagartijas, casi 200 elementos componen el archipiélago. Insularidad y mediterraneidad constituyen, pues, los rasgos biogeográficos más notables de las Baleares y marcan el trazo definido, casi tópico, de la primera impresión que de ellas recibe el observador naturalista. Por una parte, clima caluroso en verano, con alta insolación, con largos períodos secos, y templado en invierno, con precipitaciones irregulares y torrenciales en primavera y otoño (siempre escasas). La proximidad al mar evita oscilaciones bruscas de la temperatura y provoca un aumento de la humedad atmosférica.