San Juan Bosco dedicó toda su vida a la educación y formación de la juventud pobre y desarraigada, creando escuelas de arte y oficios para jóvenes obreros y escuelas humanísticas para jóvenes que aspiraban al sacerdocio. Para garantizar el porvenir de su obra fundo la Sociedad de San Francisco de Sales (salesianos), asi como el Instituto de las Hijas de Maria Auxiliadora. Basandose en documentos de primera mano, Robert Schiele, nos descubre el verdadero rostro de un religioso y pedagogo que conserva una gran actualidad y que supo adelantarse a su tiempo.