Hay poemas, al igual que sucede con las personas que amamos, que nos hacen partícipes de la mayor alegría posible: sentirse vivo por dentro. No importa dónde nos encontramos. Los recuerdos de nuestros seres queridos siempre nos acompañan y descansan en nosotros como una prolongación de nuestros propios actos. Hay ciertos momentos en que todo tiende a simplificarse y es ahí cuando comprendemos lo realmente maravilloso que es el amor.