De Antinoo sabemos su nombre, su procedencia ?la antigua Bitinia, en la costa del Mar Negro? y que era el esclavo favorito del emperador Adriano. Tambien que se suicidó de forma ritual para procurar el bien de su amo, y que más tarde este erigió una ciudad en su nombre ?Antinópolis? y lo convirtió en dios. Nada tiene que ver este "Antinoo" con los poemas que han configurado las personalidades de Caeiro, Reis, Alvaro de Campos o el ortónimo Pessoa. Aquí Pessoa muestra otro quehacer, otro poeta. Un poeta retórico, arcaizante, más cercano a Wilde en su preciosismo y artificiosidad estilísticas que a cualquiera de los heterónimos portugueses, en el que aparecen las influencias cultas de su juventud, las lecturas de los poetas clásicos ingleses, muy especialmente los románticos. Con esta reedición ponemos en manos de los lectores un Pessoa hasta ahora inencontrable.
Ficha técnica
Traductor: Carmen Torres
Editorial: Salto de Pagina
ISBN: 9788416148059
Idioma: Castellano
Número de páginas: 80
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 15/04/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Es
Número: 17
Alto: 21.3 cm
Ancho: 14.0 cm
Grueso: 0.6 cm
Peso: 121.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Fernando Pessoa
Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal, 1888-1935), escritor, crítico, dramaturgo, ensayista, traductor, editor y filósofo, fue una de las figuras literarias más importantes y complejas del siglo xx y uno de los grandes poetas en lengua portuguesa. Director y colaborador de varias revistas literarias, se ganó la vida como redactor de correspondencia extranjera para empresas comerciales, traductor y vendedor de horóscopos. Escribió en inglés (vivió en Suráfrica en sus años mozos) una parte de su obra, que se desplaza magistralmente de la vanguardia al clasicismo. Desdeñoso de la fama, propuso siempre lo que él llamó una “estética de la abdicación”, en la que incluía no sólo “la posibilidad de bienestar material” sino todo el sistema de relaciones humanas, desde el amor a la amistad, convencido de que el hecho divino de existir no debe asimilarse al hecho satánico de coexistir.