Escrito por José Enrique Rodó y Pedro Laín Entralgo
José Enrique Rodó nació en Montevideo el 15 de julio de 1871. Autodidacta, como gran parte de su generación en América, desde su infancia mostró una vocación muy fuerte por las letras. Hizo revistas manuscritas para su propio consumo o el de sus padres, produjo con Milo Beretta el periódico Los Primeros Albores para sus compañeros del primer instituto de enseñanza formal al que concurrió. En 1895 participó del grupo fundador de la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales. Ese año se inicia en la vida política, en el Partido Colorado, por el que más tarde será electo legislador en varios períodos, hasta su renuncia en 1916. Entre 1897 y 1899 da a conocer sus primeros trabajos en publicaciones formales bajo la denominación general de La vida nueva, entre los que se cuenta el estudio sobre Rubén Darío, que abrió una nueva perspectiva crítica. Con la publicación de Ariel, en 1900, cuando aún no había cumplido los treinta años de edad, crece su prestigio tanto en América Latina como en España, aunque pronto (y hasta hoy) aparecen quienes lo confrontan, tanto desde la visión política como filosófica o estética. Cansado de las disputas internas y ansioso por conocer Europa, Rodó acepta la oferta de ser corresponsal de la revista Caras y Caretas de Buenos Aires durante la Primera Guerra Mundial. Llegado a Portugal, pasó luego a España, a Francia, y por último recorrió Italia. En el sur, Rodó enfermó de tuberculosis y, en Palermo, el 1º de mayo de 1917, perdió la vida, solo e ignorado en un hotel de estilo neoclásico. A su prestigio se sumó este final melancólico que lo convirtió, pronto, en mito.
Médico, historiador, ensayista y filósofo, Pedro Laín Entralgo (1908-2001) es uno de los intelectuales primordiales del pensamiento español del siglo XX. En 1989 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en reconocimiento a «su larga trayectoria como investigador en el campo de la historia de la Medicina y su labor en diversos ámbitos del pensamiento». Fue miembro, entre otras, de las reales academias de la Historia y Nacional de Medicina, de la Royal Society de Londres, de la Hispanic Society of America, de la Nacional de Medicina de Buenos Aires y de la Academy of the History of Medicine. Ingresó en 1953 en la Real Academia Española, institución que dirigió desde 1982 hasta 1987. Fue profesor honorario de la Universidad Nacional de Santiago de Chile y rector y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Su obra es copiosa: ensayos de filosofía, historia, educación y política; biografías —de Ramón y Cajal y Marañón—, libros médicos, obras teatrales y colaboraciones en prensa.