Tras su llegada a España Washington Irving inicia un recorrido por tierras andaluzas. Durante su visita a Granada queda extasiado por la majestuosidad de la Alhambra en cuyas habitaciones tiene la fortuna de alojarse. Allí conoce a varios personajes que le acompañarán durante su estancia en tierras granadinas. De las conversaciones con éstos y de las historias que escucha a su fiel criado y guía Mateo Jiménez transcribirá leyendas y tradiciones transmitidas de padres a hijos durante generaciones. De esta forma con sus Cuentos de la Alhambra Washington Irving escribió una rica y detallada crónica de la España de la primera mitad del siglo XIX y sobre todo supo transmitir la magia y el misterio de toda una época. Porque algunas de las narraciones que componen el cuerpo central de la obra -la del astrólogo árabe que contribuyó con su magia a derrotar a los ejércitos enemigos; la de las tres hermosas princesas encerradas en una torre para que no se enamoraran; la del peregrino del amor también encerrado en una torre por su celoso padre; la del legado del moro que nos habla de un fabuloso tesoro encontrado por un aguador; la de la Rosa de la Alhambra en que se nos muestra un laúd maravilloso capaz de curar la melancolía del rey- bien podrían provenir de Las mil y una noches.
Ficha técnica
Traductor: J. Ventura Traveset
Editorial: Planetalector
ISBN: 9788423963454
Idioma: Castellano
Número de páginas: 288
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 16/01/2001
Año de edición: 2001
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Espasa Juvenil
Espasa Juvenil
Número: 159
Alto: 20.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Grueso: 2.1 cm
Peso: 291.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Washington Irving
Nació en Nueva York, el 30 de abril de 1783. Realizó estudios de Derecho, pero su vocación se interesaba más por el periodismo y la escritura que por la abogacía. En 1802 comenzó a escribir artículos en periódicos de Nueva York. En 1815 se fue a vivir a Liverpool y allí trabó amistad con importantes hombres de letras: sir Walter Scott y Thomas Moore, entre otros. Escribió algunos ensayos y relatos bajo el seudónimo de Geoffrey Crayon. En Madrid perteneció al cuerpo diplomático de su país. Nuevamente en Estados Unidos en 1846, regresó a Sunnyside, su casa de campo, y allí falleció el 28 de noviembre de 1859.