La imagen del arquitecto catalán Antonio Gaudí se perfila como un fenómeno aislado y desconcertante en la tradicional sucesión de estilos y movimientos artísticos. Toda su aventura creativa parece responder al lema de que nada es arte si no procede de la naturaleza. Porque Gaudí, convertido en personaje de leyenda, fue ante todo un artista extraordinariamente receptivo que supo recrear con su imaginación las formas que desde el principio de los tiempos componen nuestro planeta. Considerado una de las figuras esenciales del modernismo, llevó a cabo experimentos constructivos que plantearon una nueva tecnología de la piedra, la madera y el hierro forjado.