Escrito en torno al 50 a.C., el poema "De rerum natura" es la gran epopeya científica del epicureísmo materialista. Considerado una cumbre de la poesía latina, Ovidio profetizó que perduraría tanto como el mundo. A lo largo de unos 7400 hexámetros dactílicos, ofrece una explicación del universo basada en la física atomista, sin intervención de dioses tutelares ni designios providenciales. La filosofía lucreciana pretende liberar a la humanidad de los horrores de ultratumba, no prometiendo una victoria sobre la muerte, sino invitando a aceptarla serenamente como un hecho definitivo. Desde Cicerón, uno de sus primeros lectores, el texto ha sorteado dogmatismos paganos y cristianos, soportado las devastaciones del tiempo, sobrevivido a su casi desaparición durante la Edad Media y llegado, lozano, hasta nosotros tras su redescubrimiento en el siglo XV. La presente traducción en endecasílabos, de Luis T. Bonmatí y Ángel L. Prieto de Paula, aspira a transmitir fielmente la doctrina y a preservar el fulgor lírico del original.
Ficha técnica
Traductor: Luis T. Bonmatí, Á Prieto de Paula
Editorial: Reino de Cordelia S.L.
ISBN: 9791387599447
Idioma: Castellano
Título original:
De rerum natura
De rerum natura
Número de páginas: 640
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 28/04/2026
Año de edición: 2026
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Literatura Reino de Cordelia
Literatura Reino de Cordelia
Número: 224
Alto: 20.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Grueso: 5.6 cm
Peso: 850.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Lucrecio
Tito Lucrecio Caro (circa 99 a. C. – circa 55 a. C.) es un poeta y filósofo romano de cuya vida apenas se conservan datos. Admirado por Virgilio, Cicerón u Ovidio, es autor de "De rerum natura", obra en verso cuyo afán epicúreo y trasfondo materialista y ateo revolucionaría el pensamiento científico a partir del Renacimiento, además de contar a lo largo de los siglos con lectores fieles como Michel de Montaigne, Karl Marx o Giacomo Leopardi, entre otros muchos. Sobre la muerte de su autor, se especula, dado el tono melancólico de la obra, con el suicidio, consecuencia, según San Jerónimo, de la locura que le habría provocado haber bebido un filtro de amor.