París, (1840-1902).Émile Zola defendió una literatura de corte científico que emplease la naturaleza como espejo para retratar los dramas y las pasiones humanas, en la que la subjetividad del autor desapareciera tanto como fuera posible, y que recibiría el nombre de naturalismo. Su aspiración fue realizar una novela fisiológica, que, en los últimos años, derivó hacia ideas progresistas influida por las teorías utópicas de Comte, Fourier y Proudhon.