Durante cuatro años, el marqués de Granville había sido para Phoebe un hombre más: el pocointeresante y algo intimidador esposo de su hermana mayor. Cuando ésta murió, Phoebeparecía una sustituta razonable.Su forzado compromiso con él habría sido un arreglo bastante cruel, si no fuera porque un díaPhoebe lo miró –lo miró realmente– y vio lo que jamás antes había visto: que su esposo teníaun atractivo imponente y misterioso. A partir de entonces, no pudo dejar de prestarle atención,hasta enamorarse perdidamente. Estar casada con Granville, sabiendo que él no la amaba ynunca la amaría, era una verdadera tortura. Al fin y al cabo, Phoebe no pertenecía a esa clasede mujeres de las que los hombres se enamoran... Phoebe, con su cabello rebelde, su atuendodescuidado y sus dedos siempre manchados de tinta de tanto escribir poemas.Pero Granville está a punto de descubrir que la desgarbada joven es suficiente mujer, inclusopara él...En Novia accidental, Jane Feather retoma algunos de los personajes que ya presentara en Laguerrera, para el placer de sus lectoras de siempre y también el de las que acaban dedescubrirla.