Con dieciséis años, Jaimal Yogis huye de casa con una tabla para practicar el surf en Hawai. Hijo de padres separados, exhippies, y practicantes de yoga y meditación, comienza en ese archipiélago del Pacífico una búsqueda del sentido de la vida, que se reparte entre su pasión por el surf y su simpatía por el budismo.