Feroces, crueles, valientes y apasionados, los cosacos hacen temblar la estepa bajo los cascos de sus caballos. Uno de ellos es Taras Bulba. Ya no es joven, pero conserva su fuerza y su inteligencia y, al ver amenazada su religión y su linaje, buscará venganza en tierras polacas junto a sus hijos Ostap y Andrei. Ninguna guarnición, ciudad amurallada o iglesia podrán detenerlos, hasta que la desgracia se cierne sobre ellos? Ambientada en el siglo XVI, Taras Bulba (publicada 1835) es la epopeya, tan breve como bella, de los cosacos del Dniéper y de la heróica lucha que durante varios siglos sostuvo el pueblo ucraniano para conservar su independencia nacional. Con un acento entre lírico y nostálgico, con una entonación épica y vastas metáforas que recuerdan a los poetas de la antigüedad clásica, Gogol canta la naturaleza poderosa y salvaje de aquellos hombres indomables. Un relato repleto de acción, heroísmo, traiciones y pasiones en las vastas llanuras de las estepas, cuyo protagonista es uno de esos personajes inolvidables en los que se mezclan mito e historia y que desde el primer momento se convirtió en patrimonio inalienable de la literatura. Un clásico de aventuras para todas las edades y una novela que quizás ayude al lector a entender la guerra de Ucrania en la actualidad.
Ficha técnica
Traductor: Tatiana Enco de Valero
Ilustrador: Augusto Ferrer-dalmau
Prologuista: Arturo Perez-reverte
Editorial: Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.
ISBN: 9788435055727
Idioma: Castellano
Número de páginas: 192
Tiempo de lectura:
4h 31m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 26/10/2022
Año de edición: 2022
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Zenda-Edhasa
Zenda-Edhasa
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Nicolái Vasílievich. Gógol
19 de marzo de 1809, cerca de Sorochincy, en el distrito de Mírgorod, provincia de Poltava, en Ucrania. Educado primeramente en la casa paterna y luego en el Liceo de Niezin, terminó Gógol sus estudios en 1828 con un diploma de segunda categoría. En vez de estudiar, organizaba funciones. Otro factor desfavorable, que frenaba su aplicación, era su desmesurado orgullo. Convencido de su superioridad sobre las demás personas, el joven Gógol soñaba con grandes hazañas en vez de estudiar. Pero ¿cómo explicar que, a pesar de su pasión por el teatro, veía su gran porvenir en una carrera administrativa? Aun la probó, como intentó más tarde dar clases de historia. Pero la atmósfera gélida de las oficinas públicas petersburguesas apagó rápidamente sus ilusiones respecto a la posibilidad de distinguirse en aquel terreno.