Uno, ninguno y cien mil (1927), la última de las novelas de Pirandello, fue una obra de larga y difícil gestación, «la síntesis completa de todo lo que he hecho y la fuente de todo lo que haréen palabras del propio autor. Será como mi testamento literario, después de su publicación debería callar para siempre».
Un hombre sufre una crisis de identidad por una banal observación sobre su nariz que le hace su mujer mientras se mira en el espejo. A partir de este momento el espejo le devolverá la imagen del «otro», del hombre que no es, sino que parece ser: el individuo que no es «uno» sino «cien mil», alguien con tantas personalidades como los demás puedan atribuirle. Quien hace este descubrimiento se convierte en «ninguno» al menos para sí mismo, porque no le queda más posibilidad que verse como los demás le ven, es decir, en sus cien mil diversas personalidades.
Novela de estirpe cervantina, en su juego del ser y del parecer, de las apariencias a las que damos valor de realidad, lleva a sus últimas consecuencias el problema de la soledad del hombre.
Ficha técnica
Traductor: José Ramón Monreal Salvador
Editorial: El Acantilado
ISBN: 9788492649785
Idioma: Castellano
Número de páginas: 224
Tiempo de lectura:
5h 17m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 02/11/2010
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Es
Número: 23
Peso: 203.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Luigi Pirandello
Luigi Pirandello (1867–1936) nació en Agrigento (Sicilia). Escribió poesía (Elegías romanas, Mal alegre…), las novelas La excluida (1901), El difunto Matías Pascal (1904), Los viejos y los jóvenes (1913); los relatos reunidos bajo el título Cuentos para un año; el ensayo El Humorismo (1908-1920) y las obras de teatro Así es ‒si así os parece‒ (1917), Cada cual a su manera (1924), Enrique IV (1922), Esta noche se improvisa (1930) y, su obra más célebre, Seis personajes en busca de autor (1921), que dejó a más de uno rascándose la cabeza al romper con todas las reglas del teatro tradicional y liberarlo de las convenciones del realismo, anticipando a Anouilh, Sartre, Ionesco y Beckett. Su estilo desconcertante y su forma de desmontar la verdad como si fuera un rompecabezas le valieron el Premio Nobel de Literatura en 1934, dos años antes de su muerte en Roma por una pulmonía.