No hay duda de que el constitucionalismo reviste en nuestros días una singular trascendencia. En buena medida se cumple en él, en el ámbito de la teoría jurídica y de la filosofía jurídica, aquel proverbio del refranero: tutte le strade portano a Roma. Las grandes cuestiones de la filosofia juridica y de la teoria del derecho son revisitadas ahora bajo la perspectiva del constitucionalismo. De este modo, el constitucionalismo, adquiere la centralidad que el refranero le atribuye a Roma.El volumen que ahora comienza a explorar el lector se mueve en estos parametros, el de una prospeccion del constitucionalismo considerado como horizonte a alcanzar, cuya conquista evoca itinerarios, caminos que deben ser transitados. Y es este un mundo convulso, impregnado de perplejidades, agitado por desazones y zozobras, por trances, contiendas y apremios. Si el siglo XX balbucio el feroz idioma de la muerte, acunado por dos guerras mundiales, deletreando con sanguinaria delectacion sus terrores y se marcho dejando tras de si un halo de destruccion y de horror; la nueva centuria abrio los ojos a la luz entre las llamas de las torres gemelas que se desplomaron sobre el corazon mismo del legado moderno.De nuevo, las guerras ahogan la esperanza, de nuevo el aliento frio de la violencia nos congela el palpito de la paz. Vivimos una era convulsa: las guerras y conflictos armados prolongados en Oriente proximo y en Oriente medio, bajo la irrupcion del Daesh, acompañado de graves crisis humanitarias, entre las que destaca el desolador exodo del pueblo sirio, o en diversos puntos de la geografia africana, en el Magreb y en el Sahel. Y como telon de fondo de todo este escenario, el gran drama del terrorismo yihadista que azota con feroz virulencia al mundo, dejando tras de si una estela incontable de sufrimientos y de muerte que esta transformando nuestro orden social, juridico y politico y que hacer rememorar aquella imagen de Huntington, de un choque de civilizaciones.Esta obra trata de hilvanar argumentos para la esperanza, desde la denuncia, sin esquivar la realidad infamante de cuanto acontece en el mundo, atento a los desafios que el constitucionalismo tiene planteados como proyecto esencialmente moderno, inspirado por el potencial universalista de sus principios y por la fuerza cosmopolita de sus mimbres teoricos. Una aproximacion cauta, esperanzada, pero realista, a los grandes problemas que se ciernen sobre la humanidad, consciente de que el constitucionalismo ofrece itinerarios en tiempos de zozobra y de perplejidad, animado por un horizonte que alienta, que espolea, que instiga y anima a continuar una senda que, desde la razon, promete libertad, igualdad, solidaridad y paz para todos los miembros de la especie humana.
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