Engañar. Espiar. Informar. Y, cuando llegue el momento, disparar a matar. Las órdenes que Draven ha recibido por parte de la resistencia de los Condenados, los portadores de magia, son simples: liberar a los suyos de la crueldad humana que los somete. Para ello, debe infiltrarse en la corte de la nueva Regente de Hedra como su guardaespaldas, y tambien esperar al momento adecuado para acabar con su vida. Pero todo se complica cuando descubre que Runa Arkas no es como los humanos que la precedieron y lideraron la region antes que ella. Es hermosa, inteligente... y justa. Draven lo sabe: su flecha lleva el nombre de Runa. Pero ella es el punto debil en su armadura. El fallo en su plan. Y, quizas... el pecado que lo convertira en un traidor.
Hace quinientos años que los saalis, seres fuertes, con orejas puntiagudas y largas vidas, encerraron a los humanos entre los dos muros concéntricos que forman la Reserva. Hace siete que vinieron a por Harlow y la sacaron a la fuerza de su casa para convertirla en un arma mortal. Ahora Firinn se encuentra en guerra con el unico otro pais del mundo: Saorr, donde los humanos son libres. Harlow, sospechosa de traicion a la corona a la que lleva toda la vida sirviendo, es obligada a luchar en la escuadra personal del rey, conocida como los lobos del rey, bajo el mando del teniente Renek Vander. Harlow quiere ser libre de ese reino que la tiene presa. Renek haria lo que fuera por el ejercito que le dio un hogar.
"Harlow nunca quiso ser soldado. Nunca quiso ser reina. Y ahora no tiene otra opción que ser las dos cosas. Firinn está en ruinas, pero sus soldados resisten. La presidenta de Saorr y Renek Vander están dispuestos a tomar los anillos del reino como sea, incluso si eso implica convertir al antiguo teniente en rey y a Harlow en su esposa. Ella solo quería recuperar a sus hermanos y ser libre. Ahora, eso cada vez parece más imposible. Con la manada rota y su corazón en ruinas, Harlow se encuentra sumergida en una guerra incluso más peligrosa: una entre reyes y peones, políticos y traidores, visionarios y dictadores. Harlow quiere dejar de sentir, quiere olvidar. Quiere ser dueña de su propio destino. Y quizás, para conseguirlo, tenga que volver a romper con todo."