A pesar de su importancia como punto de partida de otras artes \''mayores\'' como la arquitectura, de actividades tan fundamentales como la recolección, el almacenaje y el transporte, de técnicas tan necesarias como el tejido, la cesteria ha sido relegada por las academias a esa zona \''pobre\'' de lo cotidiano que, extraña paradoja, es de todas la mas rica y mas reveladora de la vida. Asi, quizas porque el entramado vegetal es efimero como la vida misma, suele quedar en el olvido que la cesteria se cuenta entre las primerisimas artes que aprendimos bien a la par de la piedra pulimentada y del uso discriminado del fuego. Hace ahora treinta años Bignia Kuoni emprendio la gigantesca tarea de documentarla, recorriendo la Peninsula Iberica de cestero en cestero con una pasion a toda prueba. Este libro es un trabajo inestimable no solo como memoria y documento sino tambien como canto a la vida.