La culpa la tuvo sacristán, un hombre pequeño, escueto y absorbido por el conocimiento popular. A partir de aquella conversación sencilla, amena y profunda empezó a hacerse todo ya hace muchos años, y como no, con San Antonio como protagonista. En aquella ermita vieja, muy vieja; limpia, muy limpia, me detuve a visitar al "Buen mozo", como lo llamo nuestro particular guia. Era, y es todavia, una talla del siglo XVI, grande, hermosa, de belleza singular, bien cuidada. El santo esta arrodillado, inclinado hacia delante adorando a un rollizo Niño Jesus. Me senti fascinada, casi enamorada, ante tan hermosa contemplacion. iAnda que no lleva hechos milagros el Santo! -dijo nuestro hombre-. Aqui se le tiene mucha devocion. Y me conto de un tiron toda la vida y milagros del Santo. Lo que mas me impresiono fue el culto popular y lo que durante siglos han hecho, y todavia hacen con pequeñas variantes, la gente del lugar. Y lo mas bonito es que San Antonio nunca falta a su palabra. Desde entonces, y de manera compulsiva, en todos mis viajes por los pueblos y rincones de nuestro pais, me dedico a buscar el sacristan o cualquier otra persona que quiera contarme casos, cosas, costumbres, ritos y tradiciones populares de sus Santos, Santas o Virgenes. Gracias a todos ellos. Este libro recoge la magia, el credo y la fe popular de nuestros mayores, y en el esta depositada una sabiduria milenaria, por lo que a partir de este momento con el "Breviario de la Buena Magia" ustedes se convertiran en magos. Agarrenlo con fuerza entre sus manos, acerquenlo al pecho, cierren los ojos y digan mentalmente: "Este es mi Tesoro". Ahora la magia tambien sera suya.
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