(Barcelona, 1965) es doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Barcelona (UB), licenciado en Información y Documentación por la UOC y postgraduado en Antropología (UB). En la actualidad es profesor del área de tecnologías de la información en la Universidad de Barcelona. Es coautor de los libros Vampiros (1994) y El misterios riu subterrani de Montserrat (1995) y colaboró en la obra colectiva Diccionario temático de Ufología (1997). Miembro de diversas entidades culturales, en el campo de los vampiros ha publicado trabajos en Journal of Dracula Studies, L’Upir, Temes sobre vampirs y www.ceev.net.
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No seas ingenuo, escribe el autor de este libro a un joven amigo. Diferencia la realidad de la ficción. Si te gusta la estética de los neovampiros, perfecto: lee, ve películas, baila, reúnete con otros simpatizantes. Diviertete pensando en ellos. Escribe relatos, compon poemas o canciones. Pero rechaza a quienes se aprovechan de tus ganas de creer. Los vampiros sobrenaturales no existen. Nadie es eterno. La sangre no te dara ninguna energia. No es posible alimentarse psiquicamente de otros. Los muertos no piden sopa ni acelgas ni ostras. Ni tampoco vienen a importunarnos, a reclamarnos sexo o a chupar nuestra sangre. Y quien diga lo contrario, engaña. "La coleccion mas critica" (Muy Interesante). "Una invitacion a reflexionar" (Babelia, El Pais).
Ángel Crespo desarrolló a lo largo de cinco décadas una de las poéticas más densas y coherentes de la segunda mitad del siglo XX, desde su temprana militancia en el postismo y su defensa de un ''realismo magico'' y vanguardista, no circunscrito al sentido comun. Su obra se presenta como un proceso de conocimiento y como el testimonio de una conciencia que, mediante la creacion simbolica, amplia sucesivamente sus limites hacia un horizonte de sentido que la trasciende. Se trata de un horizonte hermeneutico en el que la poesia va cuestionando el fundamento de todos los seres -mundo, lenguaje y yo, no para disolverlos en el vacio, sino para contemplarlos en una Realidad entera, que se deja intuir, al principio, en forma de animales magicos y dioses, y al final se revela unica, primero como fuego, y definitivamente como sombra.