Con sutil y entrañable fantasía, Leopoldo Brizuela hurga una vez más en los silencios, omisiones y contradicciones de la historia argentina, para restituir las voces de los pequeños y los últimos.Tierra del Fuego, 1902. En el asilo salesiano una niña india delira, abrasada por la fiebre, rodeada por un circulo de viejos; en la celda vecina, su hermano el niño lobo atisba en un destello el horror de la historia.La Pampa, 1878. Una muchacha criolla perseguida por un cacique trastoca de pronto las reglas, inventando un juego intimo e hipnotico que amalgama poder y esclavitud.Buenos Aires, 1887. Pequeño-Pie-de-Piedra, el ultimo principe araucano, empieza a buscar la santidad: mata lentamente al indio que hay en si y priva de futuro a todo un pueblo.La Plata, 1982. Las imagenes de un viejo daguerrotipo militar cobran vida para narrar una historia de celos y venganza en el "toldo de las indias".Tierra del Fuego, 1905. En el confin austral, la isla del fuego y de las grandes tormentas cobija dos tribus enemigas que reivindican para si el mismo nombre: Los que llegamos mas lejos, como quien nombra a la vez el silencio y la poesia.El resultado de Los que llegamos mas lejos es un tejido cautivante de relatos -algunos casi nouvelles, otros breves como un aforismo-, un "cantar de gesta" cuya verdadera protagonista es la felicidad, la libertad de imaginar.La critica ha dicho...Si en Inglaterra (Premio Clarin de Novela 1999) Brizuela asumia los tonos de la fabula para indagar los contornos de una identidad nacional pensada en la confluencia -y por tanto, en la suma- de la tradicion argentina y el legado europeo, los magnificos relatos que integran Los que llegamos mas lejos se inscriben tambien en generos narrativos tradicionales (la leyenda, la cronica, el mito, el cuento de hadas) pero para preguntarse, en cambio, sobre los procesos de borramiento y de sustraccion de la cultura barbara en la constitucion de la identidad nacional. Sylvia Saitta, La NacionAndres Rivera opino, con justeza, que Brizuela, en su escritura, se deja llevar por "la furia del alegato". La escritura de Brizuela, cada vez mas personal, adopta asi la condicion delas victimas como protagonica de su literatura. Hablar de su literatura, y de este caso en particular, implica, sin mas, animarse a correr el riesgo previsible, esta visto, de que esta reseña se convierta en un aluvion de citas. El riesgo vale la pena. Porque, entre otras razones, establece pensar la literatura nacional desde sus origenes espurios hasta la actualidad. Guillermo Saccomanno, Pagina 12 (Radar)
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