La organización de los poderes públicos en general y del administrativo en particular no ha merecido hasta ahora en nuestro Derecho toda la atención que su importancia merece. A pesar de su invocación constante, menor aun es la prestada al poder o la potestad para establecerla, al punto de poder afirmarse que su construccion dogmatica esta verdaderamente por hacer. Este libro pretende recuperar para la organizacion el lugar que merece y, dando cuenta de las razones que la han determinado, contribuir a la superacion de la expresada situacion. El poder de organizacion de las estructuras publicas y sus procesos decisionales y de accion, asi como la organizacion misma y su funcionamiento constituyen sin duda aspectos centrales de la configuracion y la dinamica del Estado. La organizacion es, en efecto y al mismo tiempo, presupuesto y posibilitacion del desarrollo y cumplimiento de las actividades estatales. Por razones obvias, el Estado no es otra cosa que organizacion y solo puede actuar por intermedio de ella. De ahi, justamente, la estrecha relacion funcional, que no competencial, entre, de un lado, responsabilidad, funcion o tarea estatal y, de otro, potestad-actividad de organizacion. Pues no solo la organizacion condiciona la actividad material, sino que esta induce necesariamente, a su vez y en su asuncion y desarrollo, consecuencias organizativas. En particular, y por lo que hace a la funcion ejecutiva, ello significa, sencillamente, que alli donde haya un cometido, una actividad gubernativo-administrativa, ha de haber necesariamente tambien, en la medida necesaria, potestad organizatoria. Sobre la base de su evolucion historica y tomando como referencia principal el Derecho continental europeo el aleman- en que, por razones historicas, mayor atencion teorica se le ha brindado, este trabajo aborda el encuadramiento de la potestad organizatoria en el orden de los poderes constituidos, el contenido y alcance de las dete
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