Esta obra condensa parte del trabajo de difusión del personalismo comunitario que, en forma de charlas, conferencias y seminarios, se realiza desde el Instituto Emmanuel Mounier. En ella el lector encontrará palabras para saciar su sed de sentido y pistas para transformar el mundo. Es una obra para meditar, para dejarse seducir y, sobre todo, para usar como herramienta en el aula, en los talleres, en los cursos de formación y en todos aquellos ámbitos donde el lector quiera convertirse en "contagiador" de este mensaje de sentido y esperanza, en difusor del personalismo comunitario.
El personalismo no es un sistema sino perspectiva, método y exigencia. Como perspectiva es un realismo espiritual: esfuerzo por reunir la unidad material, interior y trascendente de la persona. Como método rechaza el deductivismo de los dogmáticos y el empirismo integral de los "realistas". Las constantes de la condición humana no se pueden descubrir bajo un esquema, sino que están comprometidas en la situación de cada momento histórico. La acción se compone en el encuentro de una filosofía del hombre y de un análisis directo de las coyunturas históricas. Como experiencia pide compromiso total y condicional a la vez. Total porque comprendemos al hombre para transformarlo; y condicional porque la miseria del hombre lo hace bascular hacia la complacencia solitaria, hacia el aturdimiento colectivo o hacia la evasión idealista. El compromiso es con la permanencia del hombre, para que, bajo apariencias cada vez más insospechadas, sea siempre más hombre.