Mauro VALLEJO. Mauro Vallejo (Bahía Blanca, Argentina, 1980) reside en la ciudad de Buenos Aires, es doctor en Psicología por la Universidad Nacional de La Plata y se desempeña como investigador en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, Argentina). Se ha especializado en la historia de la medicina y de la salud durante la segunda mitad del siglo XIX, con especial foco en la capital argentina. En sus trabajos más recientes ha reconstruido los agentes, los saberes y las prácticas ligados al hipnotismo, el curanderismo y las enfermedades nerviosas en ese centro urbano. Entre sus últimas publicaciones cabe mencionar: "Nerviosos y neuróticos en Buenos Aires: entre médicos, boticarios y mercaderes (1880- 1900)" (Miño y Dávila, 2021), "Onofroff, un telépata en tiempos de Mitre: hipnosis y esoterismo en la trama cultural, 1890-1910" (EDUNTREF, 2019), "Cuando la hipnosis cruzó los Andes: magnetizadores y taumaturgos entre Buenos Aires y Santiago" (1880-1920) (Pólvora, 2019; en coautoría con María José Correa Gómez) y "Conde de Das en Buenos Aires (1892-1893): hipnosis, teosofía y curanderismo detrás del Instituto Psicológico Argentino" (Biblos, 2017). En la actualidad ejerce la docencia en la Universidad de Buenos Aires. Gracias a becas de organismos nacionales e internacionales, ha realizado estadías de investigación en Berlín (Max Planck Institute for the History of Science e Instituto Ibero-Americano), Barcelona (Centro de Historia de la Ciencia, UAB), París (Université Paris-Ouest- Nanterre-La Défense) y México (Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM).
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Este ensayo se abre con el comentario de una inquietante fotografía de Freud. Todo lo que sigue es, de alguna forma, un trabajo sobre imágenes. El libro se detiene en un capítulo muy acotado de la historia del pensamiento freudiano: la teoria de la seduccion. El autor muestra, en un primer momento, cuan engañoso es el cuadro que los psicoanalistas y los historiadores iconoclastas han querido exponer sobre ese episodio. Unos y otros intentaron traducir a generos poco felices (melodrama, policial o cine catastrofe) una historia que se resistia a ello. Por otra parte, en un segundo momento, esta obra se propone dar visibilidad a la dimension elidida de esa teoria freudiana: ella es sobre todo la narracion del precio que paga el sujeto por pertenecer a una familia. Mas aun, este ensayo devela que en esos años (1895-1897) Freud no hizo otra cosa que componer distintos guiones que dieran contenido a esa narracion. Para ese fin apelo a diversos protagonistas: niñeras, hermanos, niños inocentes, padres, jovencitos incestuosos. Estos multiples personajes tuvieron su papel en una pelicula que duraria poco. De ella nos quedan tan solo algunas imagenes: fragmentos de cartas, ciertos pasajes de los escritos, algun que otro esquema dibujado en el margen. En efecto, aqui se propone tratar esos elementos como verdaderos fotogramas, de modo tal que su sentido emerja al reordenarlos en una particular secuencia. Cada uno suscita la aparicion del siguiente, y nada se comprenderia si alguno de ellos no fuera atendido.
En 1892 una de las primeras médicas argentinas escribió que una mujer porteña no podía ser chic sin ser al mismo tiempo "exquisitamente nerviosa". Este volumen reconstruye la historia de esa alquimia enfermiza, merced a la cual la moda, la expansion del consumo y la metamorfosis de la vida urbana atizaron la irrupcion de una nueva experiencia llamada neurosis.Durante las ultimas dos decadas del siglo XIX, Buenos Aires se transformo en el habitat hospitalario de unos sujetos que no parecian hechos para el manicomio, pero que vivian atormentados por el insomnio, el desasosiego o los dolores gastricos. La medicina teorica, que a duras penas habia aprendido a reconocer delirios o impulsos ciegos, se mostro desconcertada ante la profusion de esos neuroticos, que no eran peligrosos y tenian habitos de buenos cosmopolitas. En base al estudio de fuentes variadas (avisos publicitarios, tesis medicas, folletos olvidables y novelas casi canonicas) este libro reconstruye las superficies o tramas culturales en que esa novedad fue modulada. Un imaginativo mercado de remedios, los institutos medicos privados (de gimnasia mecanica, hipnosis o electroterapia) y unas desabridas salas hospitalarias conformaron el tripode parcial en que esa experiencia pudo alojarse y expandirse en la Capital por esos años. Con una mirada que imbrica la historia de las ideas y la historia cultural, Nerviosos y neuroticos en Buenos Aires despliega con erudicion una conjetura: mucho antes de la llegada de las psicoterapias y los freudismos, y a expensas de una medicina nerviosa que, de la mano de Jose Maria Ramos Mejia, se resistia a sancionar la legitimidad de las neurosis, el mercado de consumo devino el artefacto plebeyo mas propicio para hacer lugar o acompañar esa experiencia patologica y esa sensibilidad.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas 9788400107970
En julio de 1889, un periódico de Buenos Aires se burlaba de la sorprendente popularidad ganada por el hipnotismo entre los habitantes de la metrópoli. En tono irónico, profetizaba que la hipnosis muy pronto traeria mas cola que un cometa y que sus efectos se dejarian ver principalmente en las boticas y comisarias. Este libro intenta documentar que ese vaticinio no fue del todo errado. Las paginas de esta obra reconstruyen la abigarrada trama de actores que se movilizaron alrededor de esa innovacion terapeutica a fines del siglo XIX y acentuan, asimismo, que esa historia se desplego esencialmente en dos vertices contrapuestos del escenario cultural. Por un lado, el mundo de las ofertas y los consumos de objetos y servicios curativos, que puede ser condensado de modo imperfecto por el termino "botica". Por otro, la urdimbre de conflictos, altercados y denuncias que jalonaron desde temprano la difusion de la hipnosis en territorio rioplatense, y que reclamaron el accionar pacificador o vigilante de comisarios y autoridades sanitarias. La medicina ocupo alli un lugar esquivo y paradojico. Quiso monopolizar el uso del hipnotismo en el mercado curativo y pretendio hacer valer su voz en las disputas que se generaron en su puesta en marcha, pero sus iniciativas en ambos frentes resultaron algo esteriles. Los diplomados quedaron opacados por otros actores que daban muestras de mejores pericias y de mas osadia, como curanderos, magnetizadores, espiritistas y diletantes. El presente volumen examina esa historia a partir del estudio de un caso fronterizo. Se recobran aqui las multiples labores llevadas a cabo en Buenos Aires por el medico español Alberto Diaz de la Quintana entre los años 1889 y 1895. Ademas de practicar la hipnosis de modo incansable, aquel diplomado extranjero fundo alli una revista pionera especializada en la materia, dirigio periodicos, brindo exhibiciones publicas, patento inventos y escribio obras de teatro. De todos modos, una empresa en particular reclamo buena parte de sus energias: acusado una y mil veces de ejercicio ilegal de la medicina, batallo contra sus colegas argentinos, tanto desde la tribuna periodistica como desde la arena judicial. El analisis de sus dias porteños sirve de modo inmejorable para comprender la localizacion conflictiva y provechosa del hipnotismo en una ciudad sedienta de novedades.
A fines de 1890 una noticia recorrió el mundo entero: el sabio alemán Robert Koch acababa de descubrir un remedio capaz de poner fin a la tuberculosis. Médicos y enfermos de todas las latitudes se precipitaron hacia Berlin con la esperanza ciega de ver el milagro, y de conseguir un frasquito de aquel elixir, la linfa de Koch. Los doctores porteños no se quedaron de brazos cruzados. Gracias a cartas de presentacion y a cronometradas gestiones diplomaticas, algunos de ellos hicieron el largo viaje y enviaron hacia Buenos Aires unas pocas muestras de la sustancia bienhechora.Este libro narra los desvelos de estos medicos por plegarse a una pujante globalizacion de innovaciones cientificas. Analiza para ello el entrecruzamiento de varios itinerarios, pues fueron muchos los objetos que se desplazaron en ese entonces: frascos, cables telegraficos, informes oficiales y rumores exagerados. En el mismo momento en que se daba inicio a los ensayos del medicamento en el Hospital de Clinicas, el debate publico a proposito de la linfa se vio desplazado por la sospecha escandalosa de que un medico extranjero tenia en su poder una version falsificada del remedio.Esa simultaneidad fue un signo locuaz de las promesas y los limites que afectaban a la cultura letrada de esas decadas y sus deseos de modernizacion. La narracion construida aqui va desde el ensueño tecnologico de unos medicos cultos hasta los disfraces ingeniosos de un trotamundos avispado, pues tales figuras develan casi a la perfeccion los componentes esenciales de la vida cultural de aquellos años.
En el otoño de 1895 un ilusionista llamado Onofroff llegó a la ciudad de Buenos Aires. Nadie conocía con certeza su verdadero origen. Su especialidad era algo que de tanto en tanto figuraba en las carteleras porteñas: la adivinacion del pensamiento, con pizcas de hipnotismo. De manera algo sorpresiva, su presencia en la ciudad se convirtio en un acontecimiento que rebaso el desabrido mundo de las marquesinas y los escenarios. Durante tres meses los poderes de Onofroff atrajeron la atencion de los medicos mas reputados, de escritores de la talla de Ruben Dario, y los grandes hombres de la elite politica se agolparon en la puerta del Teatro Odeon para presenciar los prodigios. Este es un ensayo de historia cultural que, haciendo pie en ese episodio, explora la irradiacion de los idearios esotericos en la vida letrada de fines de siglo.