El autor de este libro, dirigido tanto a padres como a profesores, define la buena pedagogía como la capacidad de distinguir eficazmente entre lo que es adecuado y lo que lo es menos en nuestra comunicacion y nuestro trato con los niños y los jovenes. Muestra que los educadores con tacto deben desarrollar una atencion solicita hacia la singularidad de los niños y la de sus vidas individuales. Explica que este tono de la enseñanza se puede mantener mediante el cultivo de una determinada forma de ver, de escuchar y responder a cada niño en cada situacion concreta.
Esta maravillosa exploración del sentido y de la importancia de los secretos pone en tela de juicio las ideas predominantes que suelen emitirse acerca de ellos, casi siempre considerados como algo indeseable o insano. Se trata de un libro que identifica el secreto como una dimension crucial del desarrollo humano e ilustra como los secretos normales y cotidianos logran que los niños sean conscientes tanto del espacio interno como de los mundos externos, algo que, a su vez, les ayuda a desarrollar el sentimiento de si mismos, la responsabilidad personal, la autonomia y el sentido de la intimidad en las relaciones humanas, revelando asi las fascinantes conexiones existentes entre los secretos de la niñez y los de la vida adulta. De una gran amenidad, la obra proporciona ademas decenas de ejemplos de vivencias centradas en el secreto, tal como podemos encontrarlas en nuestra vida diaria, y plantea un reto a nuestras suposiciones sobre la etica del silencio, lo privado, la reserva, la mentira y, en ultimo extremo, la moralidad de la vida. Este volumen resultara de gran ayuda para todos aquellos que esten implicados en cursos sobre los fundamentos de la educacion, el desarrollo infantil y la teoria de los programas educativos, asi como para profesores, investigadores y estudiantes de educacion de la primera infancia, la filosofia de la educacion, la psicologia, el asesoramiento, la pedagogia y la historia de la infancia.
Este libro es un antídoto perfecto contra la preponderancia de los textos psicológicos que suelen describir las interacciones adulto-niño como una serie de tareas y habilidades diferenciadas. A pesar de que reconoce el papel de los enfoques pedagogicos tradicionales basados en las habilidades, Van Manen trata abierta y directamente, y sin reservas, las dimensiones de estas relaciones que la psicologia no puede abarcar, entre las que fundamentalmente se encuentra la dificil tarea de estar con los niños para que la maduracion sea posible. De este modo, presenta una vision original sobre el significado y la practica de la enseñanza entendida como una actividad reflexiva. Define la reflexion pedagogica como la forma en que los educadores maduran, cambian y profundizan como consecuencia del hecho de vivir con los niños. Y muestra como los procesos de enseñanza requieren tacto: inteligencia interpretativa, intuicion moral practica, sensibilidad y receptividad hacia la subjetividad de los niños y capacidad de improvisacion en el trato con ellos.