El alzhéimer es la enfermedad del olvido. El paciente no nos reconoce ni sabe quién es. Pero está ahí; sonríe, es una persona. Este libro nos introduce a lo que es, en términos personales, esta enfermedad, y lo que representa en cuanto a la dignidad de un ser sin recuerdos y dependiente de los cuidados y la memoria de los demas. Nos ofrece una atenta reflexion sobre la identidad personal, el significado de ser persona, el papel de la memoria y del olvido en la personalidad, y sobre el modo de afrontar moralmente la situacion creada por esta tan extendida y hoy incurable enfermedad neurodegenerativa. Frente al enfermo de alzheimer, la etica tiene que plantearse cuestiones que no pueden quedarse en meros interrogantes teoricos. Las enfermedades que afectan a la identidad personal, tan extrañas y, sin embargo, tan proximas, nos atraen tanto como nos repelen porque logicamente estan diciendo algo de nosotros. No es casual, pues, que a un filosofo como Norbert Bilbeny le haya atraido estudiar la experiencia humana y las derivaciones morales del alzheimer, tanto las del paciente como las de quienes le acompañan.El alzhéimer es la enfermedad del olvido. El paciente no nos reconoce ni sabe quién es. Pero está ahí; sonríe, es una persona. Este libro nos introduce a lo que es, en términos personales, esta enfermedad, y lo que representa en cuanto a la dignidad de un ser sin recuerdos y dependiente de los cuidados y la memoria de los demas. Nos ofrece una atenta reflexion sobre la identidad personal, el significado de ser persona, el papel de la memoria y del olvido en la personalidad, y sobre el modo de afrontar moralmente la situacion creada por esta tan extendida y hoy incurable enfermedad neurodegenerativa. Frente al enfermo de alzheimer, la etica tiene que plantearse cuestiones que no pueden quedarse en meros interrogantes teoricos. Las enfermedades que afectan a la identidad personal, tan extrañas y, sin embargo, tan proximas, nos atraen tanto como nos repelen porque logicamente estan diciendo algo de nosotros. No es casual, pues, que a un filosofo como Norbert Bilbeny le haya atraido estudiar la experiencia humana y las derivaciones morales del alzheimer, tanto las del paciente como las de quienes le acompañan.
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