San Serafín de Sarov está considerado en Rusia como el san Francisco de Asís ortodoxo del siglo XIX. En este volumen se recogen dos obritas reveladoras que pueden atribuirse directamente al santo.
En las Conversaciones con Motovilov asistimos a un jugoso diálogo entre Serafín y uno de sus discípulos predilectos. En medio del bosque, mientras los copos de nieve cubren el solitario paisaje, el santo de Sarov va desgranando su teología y espiritualidad.Las Instrucciones espirituales constituyen una antología de los textos esenciales del pensamiento de san Serafín. La oración, el seguimiento cristiano, la paz del corazón, la esperanza son algunos de los temas que se van desarrollando. Sin embargo, un protagonista destaca por encima de todos: el Espíritu Santo. Él es quien ayuda al creyente en su proceso de divinización.
La «Breve narración de la vida y de los trabajos ascéticos del venerable y luminoso staretz Serafín, monje del eremitorio de Sarov» permite completar el cuadro de su herencia espiritual.Una obra popular y profunda que nos acerca al Oriente cristiano y completa nuestra espiritualidad occidental. El creyente del siglo XXI debe respirar con dos pulmones. Y uno está, sin duda, en Oriente.
Ficha técnica
Editorial: Ediciones Sígueme, S. A.
ISBN: 9788430119394
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 07/07/2016
Año de edición: 2016
Plaza de edición: Es
Colección:
Ichthys
Ichthys
Número: 41
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.5 cm
Grueso: 1.0 cm
Peso: 250.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por SANTO SERAFIN DE SAROV
Nació en Kursk (Rusia) en 1759, y lo bautizaron con el nombre de Prócoro. A los diecinueve años fue admitido como novicio en el monasterio de Sarov. En 1786 fue tonsurado como monje y se le impuso el nombre de Serafín. Pronto destacó por su intensa vida espiritual y su ascesis. En 1794 se retiró a un eremitorio, y durante muchos años este monje ortodoxo llevó una vida de ermitaño en un bosque remoto. De regreso al monasterio, continuó en su celda en oración, silencio y soledad. No obstante, alrededor de 1813 comenzó a recibir visitantes que acudían a pedir su consejo; así, como staretz contó con numerosos discípulos y dirigidos espirituales. Murió en 1833, mientras oraba arrodillado en su celda.