Buena parte de la segunda parte relata la ausencia de Robinson de la isla, y concluye con unos viajes por China y Rusia en los que el protagonista de Defoe entra en contacto con pueblos y costumbres muy distintos a los que se presentan en la primera y vive experiencias tan asombrosas como ser perseguido por una manada de lobos o ser atacado por un oso. Sin embargo, la organización social, una de las cuestiones que más ha contribuido a dotar de importancia a la novela, se convierte en una de las centrales, junto a los temas del colonialismo, la relación entre pueblos con costumbres que chocan o la consideración de la cultura, la tecnología y la ciencia como armas de doble filo puesto que no siempre conducen a una mayor felicidad. Sin menoscabo del carácter de novela de aventuras, esta segunda parte es filosóficamente más rica y generadora de mayor debate incluso que la primera.
Ficha técnica
Traductor: Enrique de Heriz
Prologuista: Enrique de Heriz
Editorial: Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.
ISBN: 9788435010696
Idioma: Castellano
Número de páginas: 384
Tiempo de lectura:
9h 9m
Encuadernación: Encuadernación en tela
Fecha de lanzamiento: 01/12/2011
Año de edición: 2011
Plaza de edición: Es
Colección:
EDHASA LITERARIA
EDHASA LITERARIA
Número: 2
Alto: 23.0 cm
Ancho: 14.5 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Daniel Defoe
Daniel Defoe nació en Londres en 1660. Empezó a estudiar para convertirse en sacerdote presbiteriano, pero decidió abandonar el camino eclesiástico para dedicarse al comercio. Se convirtió rápidamente en un hombre de negocios, y gracias a su trabajo viajó por países de Europa, como España, Francia o Alemania.
Defoe compaginaba su carrera comercial con el activismo político: a partir del año 1702, empezó a publicar ensayos y panfletos satíricos en contra del gobierno. Sus punzantes críticas acabaron teniendo consecuencias, y Defoe ingresó en prisión en el año 1703.
En 1719, ya en libertad, publicó Robinson Crusoe, su gran novela. A partir de ese momento, empezó a colaborar en prensa y trabajó de cerca con los gobiernos de Guillermo III y Jorge I. Pese a todo, nunca logró reponerse de la bancarrota que le ocasionaron sus negocios, y seguía huyendo de sus acreedores cuando murió en 1731.