Creer o no creer, esa es la cuestión. La creencia y la increencia siempre han tenido una compleja relación. A veces conflictiva, otras complementaria. La duda forma parte de la fe, sobre todo hoy en día. Cuando demasiadas personas se sienten en un mundo del que Dios parece ausente, el diálogo de este libro resulta refrescante y motivador para quien quiera tomarse en serio la radical y necesaria pregunta por Dios.
Entre los siglos III y VI d.C. florecieron en los desiertos de Siria y de Egipto innumerables colonias de monjes. Siguiendo el ejemplo de san Antonio Abad, muchas personas se retiraron al desierto en busca de sí mismas. Y tras sus huellas anduvieron muchísimos peregrinos, que ansiaban recibir una palabra de consejo de quienes ya se habían adentrado en el camino hacia la sabiduría y la paz interior. Del encuentro entre estas dos búsquedas nacieron las colecciones de los Apotegmas, o «Dichos de los Padres», y los tratados de Evagrio Póntico, gracias a los cuales no se perdieron los frutos de aquella lejana espiritualidad.