¿Por que la impostura se ha convertido en un valor de mercado? Un lúcido análisis del baile de máscaras al que estamos asistiendo como sociedad. La impostura moral define nuestra epoca. No pasa un segundo sin que veamos en nuestras pantallas a alguien (un politico, un periodista, un influencer, un ser anonimo) exhibiendo sus cualidades personales o criticando las de otros. Y para ello vale cualquier artimaña: su propio cuerpo, su alimentacion, sus causas beneficas, sus mascotas, sus hijos o sus mayores.La mascara moral. Por que la impostura se ha convertido en un valor de mercado trata de explicar como el neoliberalismo y la masificacion de las nuevas tecnologias han redefinido nuestra forma de relacionarnos basandose en el control moral del otro, han esterilizado nuestra cultura y han trastocado la funcion evolutiva de la moral: desde la cohesion grupal hasta la actualexhibicion individualista e hipocrita en un teatro con miles de mascaras donde todos los personajes quieren ser el protagonista.La critica ha dicho: "Nos propone un ensayo serio y sociologico sobre el uso de la palabra "moral" y la prostitucion de su actual empleo mercantil. Podria decirse que es este un manual de auto ayuda para distingui
¿Por qué, después de más de veinte años con el caso cerrado, el debate sobre la monstruosidad de Woody Allen se ha recrudecido?En 2017 Woody Allen fue declarado culpable por una parte de la opinión publica. Con el auge del movimiento Me Too, el testimonio de su hija Dylan sobre los supuestos abusos sexuales que sufrio por parte de su padre hizo revivir con virulencia la antigua acusacion de su madre, Mia Farrow, de principios de los noventa. La confesion de la niña arranco entonces una serie de investigaciones policiales y de los servicios sociales que, sin ni siquiera llegar al juzgado, acabaron exonerando al cineasta. ¿Por que, despues de mas de veinte años con el caso cerrado, el debate sobre la monstruosidad de Allen se ha recrudecido?El sindrome Woody Allen recorre los sintomas que explican esta cuestion: el omnipresente sentimentalismo y victimismo; las nuevas formas de activismo; los tabues sociales; la irrupcion de internet y sus consecuencias comunicativas y psicologicas; el falso recuerdo; la intrincada relacion entre ficcion y realidad; la tirania del sujeto-cliente en nuestra epoca; o la relevancia actual de la causocracia, donde parece justificable eliminar los derechos de las personas en pos de una causa mayor. El critico Edu Galan, uno de los creadores de la revista satirica Mongolia, tambien se coloca en la diana: ¿podria volver a celebrar los cursos universitarios que organizo en 2008 y 2009 sobre la obra de Allen sin que los boicoteasen? ¿Que ha cambiado en la universidad en tan corto tiempo?Alternandolo al analisis de la cuestion, este ensayo incluye ademas el relato periodistico de lo que ocurrio en la familia Farrow-Allen en aquella etapa convulsa de separacion, acusaciones y juicios y su retorno a las portadas durante la pasada decada.Reseñas:Un libro de extraordinaria profundidad, inteligencia y valentia.Arturo Perez-ReverteUn ensayo demoledor que tumba en el divan a una cultura desquiciada de sentimentalismo y victimismo.Sergio del MolinoUna historia impresionante y un ensayo completisimo e incomodo que se lee sin respiro. Cronica y reflexion. De todos los Edu Galan que conozco, este es el mejor.Manuel JaboisAgudo y provocador. De como, queriendo ser buenas personas, nos hemos convertido en cazadores de brujas en Twitter.Santiago RoncaglioloLucidisimo analisis del momento que nos ha tocado vivir. Imprescindible, no importa si te interesa el caso o no. Encima es divertido y absorbente. La unica pega que le puedo encontrar es que el autor sea Edu Galan, pero es por buscarle un angulo malo.Berto RomeroUn ensayo demoledor.Raul del Pozo,El MundoUn ensayo provocador.Manuel Rodriguez Rivero,BabeliaUn bofeton a sacerdotes y zombis del sentimentalismo. Lo brillante del libro es el analisis de estos terribles biempesantes y, ay, la constatacion del definitivo fracaso de la nueva izquierda, mas proxima a Bezos que a Marx.Jesus UbedaUn librazo.Carles Mesa