El libro más importante, lúcido y hermoso que jamás se haya escrito sobre Berlín. Un libro mítico sobre una ciudad y una época también míticas, los últimos años veinte.Un texto que, por suerte, se adelanto al ascenso de los nazis al poder, para hablarnos, asi, de una ciudad aun lejos del horror, todavia floreciendo. Calles ideales para el paseo, para observar los rostros de la gente, los escaparates, las terrazas de los cafes, los tranvias, las estaciones de tren, tanto al despertar el dia como ya en el crepusculo, cuando, con la ayuda del vidrio y la luz artificial, como señala el propio Hessel, aparece la mezcla feliz. Avenidas de grandes farolas, anuncios luminosos, automoviles refulgentes. Como dijera su amigo Walter Benjamin, Hessel es uno de los mayores prototipos de flaneur, un perfecto observador y con una prosa tan bella como versatil de las cosas y del tiempo, a quien la metropoli se le presenta como un paisaje, como una multitud de lugares vividos donde ha quedado depositada la memoria impersonal y colectiva de la urbe entera. Para el, pasear no es simplemente percibir la ciudad, sino rastrearla: detectar huellas, detalles, matices, impresiones fugaces. Segun Hessel y Benjamin, pasear es un arte que requiere reeducar la atencion, afinarla: aprender a desplazarla desde lo obvio y llamativo ...
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